Había una
vez un templo en el fondo de un lago en una selva lejana. La selva
estaba llena de monos y de animales extraños. Nadie podía llegar a
ese templo porque la jungla era muy peligrosa. Había, por ejemplo:
serpientes venenosas, escorpiones, abismos, insectos gigantes,
trampas y leones.
Shanes
Jones, el intrépido aventurero, quería encontrar la forma de coger
el puñal de diamante sin caer en la maldición. Dicha maldición
decía que todo aquel que osase tocar el puñal se quedaría calvo y
se le caerían los dedos. Pero Shane Jones tenía un plan...
El plan era
sencillo. Él podría tocar el puñal porque hacía 8 años un
cocodrilo engulló sus manos y le tuvieron que poner unas de metal.
Por lo tanto, lo único que tenía que hacer era raparse el pelo para
no caer en la maldición. Así que se talló una navaja afilando una
piedra y se cortó el pelo (aunque se le escapó alguna pielecilla).
Una vez tuvo
la cabeza pelada se fue a buscar el ansiado puñal. Cuando llegó al
lugar donde debía estar el puñal, ya no estaba. De repente, se
giró, y allí estaba su hermano, Indiana Jones, que siempre le
robaba el protagonismo, comiéndose un coco utilizando el puñal para
cortarlo mientras se burlaba de su fracasado hermano.
Pero, lo que
no sabía Indiana era que mientras se reía de su pobre hermano, la
maldición estaba cumpliéndose poco a poco. De repente, se le calló
un pelo en un trozo de coco. Poco después, se quedó calvo del todo.
Asustado, se puso a llorar como un bebe mientras gritaba:
- Mamá,
sálvame.
Cuando
comenzaron a caer dedos, cayó con ellos el puñal. Y Shane Jones,
aprovechó para cogerlo e irse tranquilo mientras le decía a su
hermano mayor:
- Te lo
mereces, por robarme el protagonismo.
Muy divertido y gracioso pero con un final un poco duro no?pero la verdad que me he reido mucho buen trabajo una fan vuestra
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